Introducción
Actualmente y sobre todo en las grandes corporaciones, muchos equipos de TI siguen dependiendo de tareas manuales como por ejemplo realizar configuraciones, scripts personalizados, imágenes, copias de seguridad, inicialización y chequeo de servicios... así mismo siguen usando herramientas complejas, insuficientes y obsoletas para administrar la infraestructura. Esto da como resultado innumerables errores, perdidas operativas, sobre esfuerzos, mayores costos, fallas de seguridad y demora en el aprovisionamiento de servicios, sin contar con el impacto que esto genera en el negocio.
Hoy en día las organizaciones que buscan eliminar dichas fallas y realizar implementaciones más rápidas tratan a la infraestructura no como una tecnología dura sino como una tecnología blanda, es decir que tratan al hardware como software: por lo que ahora cualquier componente de hardware incluyendo sus características y procesos de administración se ven como una variable mas o como una línea de código dentro de un programa, que a su vez puede ser administrado con las mismas herramientas, técnicas y procesos que hoy utilizan los desarrolladores de software, tales como el control de versiones, integración continua, revisión de código y pruebas automatizadas. Esto le permite a los administradores realizar cambios en la infraestructura con una mayor cobertura y de forma más fácil, rápida, segura y confiable.